28 diciembre 2020

TIEMPOS FINALES (17) – Impetuosos

Impetuosos

Pero debes saber esto: que en los últimos días vendrán tiempos difíciles. Porque los hombres serán… impetuosos…  (2 Timoteo 3:1,4).

Las obras de cada persona son el resultado de su propia naturaleza. Antes de hacer somos. Me llama la atención que el apóstol no tiene dudas en su exposición. Los hombres serán. No hay lugar a la incertidumbre por las circunstancias o factores externos. Por el contrario, él ve una sociedad caracterizada por la manera de ser de sus ciudadanos. Y porque los hombres serán de una determinada forma de carácter producirán una generación acorde a ello. Las sociedades se forman por las personas que las componen. Las generaciones pueden ser de una forma u otra en función del carácter predominante de sus gentes. Esto no excluye otro tipo de personas, pero la identidad de una generación la forman sus hombres más relevantes y determinantes.

Aquí se nos dice que serán impetuosos. ¿Qué significa? Que se mueven de modo violento y rápido, así es como lo define el diccionario de la lengua española. Muy revelador. Volvemos a encontrarnos con la violencia como estilo de vida en la generación que precede al reinado mesiánico. La impetuosidad es la norma. La impaciencia nos domina. La inquietud nos atenaza. Todo menos paz, la paz del reino de Dios. La competitividad exige rapidez y esta hay que imponerla a cualquier precio llevándose por delante a quién sea. El profeta Daniel también habla del tiempo del fin y dice: Muchos correrán de aquí para allá (Daniel 12:4). Impetuoso también significa comportarse de manera impulsiva o irreflexiva. Se impone la acción sobre la reflexión, por lo tanto, se cometen más errores. No se piensa en las consecuencias, solo en llegar para volver a empezar de nuevo. El alma se aflige y se cansa, aparecen tensiones y sobrecargas que terminan por afectar a nuestro cuerpo con daños tal vez irreparables. Queremos parar pero no podemos, una fuerza extraña se ha apoderado de nosotros y nos domina. Vivimos como esclavos en una sociedad libre.

La respuesta a esta agitación irrefrenable la encontramos en el evangelio. Las buenas nuevas anuncian la llegada del príncipe de paz a la tierra. Su mensaje vuelve a resonar en nuestros oídos con este llamamiento: Venid a mi todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo  sobre vosotros, y aprended de mí que soy manso y humilde de corazón, y hallareis descanso para vuestras almas, porque mi yugo es fácil, y mi carga ligera. El evangelio contiene esta verdad: A los que de antemano conoció, también los predestinó a ser hechos conforme a la imagen de su Hijo (Romanos 8:29). El Mesías es la respuesta a estos tiempos peligrosos.

Virgilio Zaballos Blázquez 

01 diciembre 2020

 TIEMPOS FINALES (16) – Traidores

Traición

Pero debes saber esto: que en los últimos días vendrán tiempos difíciles. Porque los hombres serán… traidores…  (2 Timoteo 3:1,4).

Este enemigo de la amistad y las buenas relaciones entre los seres humanos es uno de los más devastadores. Cuando se produce en el seno familiar el dolor puede ser insufrible y llevar en muchos casos a la amargura, incluso al suicidio. Cuando aparece entre personas de quienes nunca imaginaste que pudieran traicionarte las secuelas suelen ser irreversibles. Toda traición es una violación de la confianza. Experimentada una sola vez puede endurecernos de tal forma que no volvamos a ser los mismos. Si se repite en diversas ocasiones el daño será irreparable para el alma humana. Por ello se valora tanto en las empresas, como en cualquier grupo humano, la confianza de sus empleados o clientes.

Hay muchas traiciones a lo largo de la historia, dos de las más conocidas son la de Bruto a Cesar y la de Judas a Jesús. Ambas terminaron con resultado de muerte. La traición mata. Con ella muere la amistad y la confianza, por tanto, nos introduce en un escenario de enemistad y desconfianza que destruye la convivencia. Las familias están sufriendo hoy esta destrucción en diversos niveles. La falta de escrúpulos y de afecto natural lleva a muchos a la violencia indeseada que genera más dolor. La espiral es imparable. Vivir en medio de la desconfianza generalizada porque se teme la traición en cualquier esquina produce una sociedad neurótica que nos lleva a la pérdida de valores esenciales: la honradez, el cumplimiento de la palabra dada, mantener el pacto, ser hombres íntegros, de una sola pieza, sin doblez.

La respuesta a la traición la tenemos en el evangelio de Jesús produciendo una transformación interna que afecta a todas nuestras relaciones externas. El levantamiento de los valores del Reino de Dios trae una sociedad más justa y sana. Jesús ha venido a poner en libertad a los cautivos y proclamar el año de gracia. La mayor fidelidad que ha conocido la humanidad es la determinación de Jesús subiendo a Jerusalén para culminar la obra de Dios a favor de los hombres. Grande es su fidelidad. Tentado en todo, también en la posibilidad de traicionar el propósito del Padre, pero fiel hasta la muerte y muerte de cruz. Ha vencido. Es fiable. Su amor prevalece sobre el juicio. Escogió ser fiel y acabar la obra que le fue dada por el Padre. Y volverá, lo ha prometido, para que donde él está todos los que le aman estén también con él. Su Espíritu fiel ha sido dado a los suyos para que sean fieles y no le traicionen. Incluso en los casos cuando somos defraudados por otros hermanos podemos elevarnos por encima de sus efectos devastadores poniendo la mirada en aquel que es el Autor y perfeccionador de nuestra fe. La fe que vence al mundo y sus traiciones.

Virgilio Zaballos Blázquez