John F. Walvoord |
Una segunda idea importante sobre el pretribulacionismo es el arrebatamiento de la iglesia. Cristo vendrá al principio de la gran tribulación para llevarse a la iglesia del mundo. Esta venida será secreta en cierto sentido. Los ojos de ningún creyente la verá. El arrebatamiento se describe en 1 Tesalonicenses 4:17: “Luego nosotros, los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor”. Obsérvese que en el arrebatamiento Cristo no descenderá literalmente a la tierra, como lo hará cuando venga con la iglesia al final de la tribulación.
El pretribulacionismo, pues, mantiene que habrá dos fases en la venida de Cristo, o incluso se podría decir dos venidas. También habrá tres resurrecciones. La primera será la resurrección de los muertos justos en el arrebatamiento de la iglesia, porque Pablo enseña que los creyentes que estén vivos no precederán a los que estén muertos. Después, al final de la tribulación, habrá una resurrección de esos santos que han muerto durante la tribulación. Finalmente, al final del milenio, habrá una resurrección de los no creyentes.
Todo esto significa que la iglesia estará ausente durante la tribulación. En esto consiste el arrebatamiento, en liberar a la iglesia de la tribulación. Podemos esperar la liberación porque Pablo prometió a los tesalonicenses que no experimentarían la ira que Dios dejaría caer sobre los no creyentes: “Dios no nos ha puesto para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo”. (1 Tesalonicenses 5:9); “Jesús...nos libra de la ira venidera” (1 Ts. 1:10).
Pero ¿qué pasa con las referencias en Mateo 24 que indican que algunos de los elegidos estarán presentes durante la tribulación? Tenemos que entender que la pregunta de los discípulos sobre cuál sería el signo de la venida de Jesús y el fin del siglo (24:3; cf. Hechos 1:6) ocurrió dentro de un contexto judío. Y según esto, la discusión de Jesús aquí se refiere principalmente al futuro de Israel. Son judíos selectos, no la iglesia, los que estarán presentes durante la tribulación. La distinción entre Israel y la iglesia es una parte determinante y crucial del pre-tribulacionismo, que está aliado muy estrechamente con el dispensacionalismo. Se considera la tribulación como la transición entre ese trato principal que Dios tiene con la iglesia al restablecimiento de la relación original que tenía con su pueblo elegido, la Israel nacional.
Como pretribulacionista, John F. Walvoord (1910-2002), también pone un fuerte énfasis en que el regreso del Señor es inminente. Jesús les advirtió a sus oyentes que estuviesen vigilantes, porque no sabían cuándo regresaría (Mateo 25:13). La parábola de las diez vírgenes expresa este mensaje. Al igual que en los tiempos de Noé no habrá señales de aviso (Mateo 24:36-39). Los malvados no supieron nada hasta que el diluvio llegó y se los llevó. La venida del Señor será como un ladrón en la noche (Mateo 24:43), o como el señor que regresa a su casa a una hora inesperada (Mateo 24:45-51). Habrá una separación repentina. Dos hombres estarán trabajando en el campo; dos mujeres estarán moliendo en el molino. En cada caso uno será tomado y el otro dejado ¿Qué descripción más clara podría haber del arrebatamiento? Como podría suceder en cualquier momento, es sumamente apropiado mantener una actitud vigilante y una actividad diligente. Hay otra base para creer que el regreso de Cristo es inminente. La iglesia puede tener una esperanza bienaventurada (Tito 2:13) sólo si el siguiente suceso importante que va a acontecer es la venida de Cristo. Si el anticristo y la gran tribulación fueran los siguientes puntos en la agenda escatológica, Pablo le habría dicho a la iglesia que esperara sufrimiento, persecución y angustia. Pero en lugar de eso, instruyó a los tesalonicenses para que se alentasen mutuamente ante el hecho de la segunda venida de Cristo (1 Tesalonicenses 4:18). Como el siguiente evento, que la iglesia puede esperar con esperanza, es la venida de Cristo por la iglesia, no hay nada que pueda evitar que ocurra en cualquier momento. Finalmente, el pretribulacionismo mantiene que habrá al menos dos juicios. La iglesia será juzgada después del arrebatamiento y se darán recompensas por la fidelidad.
El pre-tribulacionismo también encuentra apoyo en lo que no se encuentra en la Escritura. La palabra “iglesia” aparece diecinueve veces en los primeros tres capítulos de Apocalipsis, pero, significativamente, la palabra no vuelve a ser mencionada hasta el capítulo 22. En otras palabras, a lo largo de toda la descripción de la Tribulación en Apocalipsis, la palabra “iglesia” está notablemente ausente. De hecho, la Biblia nunca usa la palabra “iglesia” en un pasaje relativo a la Tribulación.
Cyrus Ingerson Scofield |
Pre-tribulacionismo |
Resumiendo, el pre-tribulacionismo enseña que el Arrebatamiento de la Iglesia ocurrirá antes que se inicie la Tribulación. En ese momento, la Iglesia se encontrará con Cristo en el aire, y luego, poco después de esto, el Anticristo será revelado y comenzará la Tribulación. En otras palabras, el Arrebatamiento y la Segunda Venida de Cristo (para establecer Su reino) están separados por al menos siete años. De acuerdo a este punto de vista la iglesia no experimentará la Tribulación.
Puntos débiles del Pre-tribulacionismo
La posición pretribulacionista hace varias distinciones que parecen bastante arbitrarias y faltas de apoyo bíblico. La división de la segunda venida en dos etapas, la postulación de tres resurrecciones y la rígida separación del Israel nacional y de la iglesia son difíciles de sostener según una base bíblica. La perspectiva pretribulacionista de que las profecías sobre el Israel nacional se cumplirán aparte de la iglesia y que, según esto, el milenio tendrá un carácter decididamente judío no se puede reconciliar fácilmente con la descripción bíblica de los cambios fundamentales que han sucedido con la introducción del nuevo pacto.
Varios pasajes específicamente escatológicos se interpretan mejor según el punto de vista postribulacionista. Estos pasajes incluyen las indicaciones de que individuos elegidos estarán presentes durante la tribulación (Mateo 24:29-31), pero estarán protegidos de su severidad (Apocalipsis 3:10), descripciones de los fenómenos que acompañarán a la aparición de Cristo, y la referencia a la reunión en el aire (1 Tesalonicenses 4:17).
Otra debilidad es que el pre-tribulacionismo divide el regreso de Jesucristo en dos “fases” –el Arrebatamiento y la Segunda Venida– considerando que la Biblia no delimita claramente ninguna de tales fases.
Otra dificultad que enfrenta la creencia del pre-tribulacionismo, es el hecho de que obviamente habrá santos en la Tribulación (Apocalipsis 13:7, 20:9). Los pre-tribulacionistas responden a esto, distinguiendo a los santos del Antiguo Testamento y a los santos de la Tribulación, de la iglesia del Nuevo Testamento. Los creyentes que vivan para el Arrebatamiento, serán llevados antes de la Tribulación, pero habrá aquellos que vendrán a Cristo durante la Tribulación.
Por otra parte, la Biblia está repleta de advertencias sobre los retos y pruebas que los creyentes tendrán que soportar. No promete que se les vaya a alejar de esas adversidades, sino que promete la fuerza para aguantar y poder superarlas