TIEMPOS FINALES (1) – Tiempos difíciles
Pero debes saber esto: que en los últimos días vendrán tiempos difíciles (peligrosos)” (2 Timoteo 3:1 LBLA).
Cuando hablamos de las señales de los últimos tiempos generalmente ponemos el acento en pasajes donde se mencionan catástrofes, guerras, hambres, terremotos y otros sucesos devastadores. Pocas veces lo hacemos pensando en el carácter de los hombres. Las Escrituras nos muestran con toda claridad la responsabilidad del hombre en los acontecimientos de la tierra. Existe una relación innegable entre las formas de vida del ser humano a lo largo de la historia y sus efectos sobre el mismo hombre y el resto del mundo.
Desde el principio vemos en la Biblia cómo el carácter de los hombres ejerce su influencia sobre la creación. La tierra fue maldita por la transgresión del hombre. Hay una conexión directa entre la dimensión moral de los seres humanos y sus consecuencias, no solo en el ámbito de las relaciones humanas, lo cual es una obviedad, si no en sus consecuencias sobre el resto de la creación: el mundo animal, vegetal y medio ambiental. Los profetas fueron taxativos en esto, así se expresaron: La tierra se volverá vacía y desolada a causa de la perversidad de los que la habitan (Miq. 7:13 NTV). La tierra quedará arrasada a causa de la violencia de sus habitantes (Ez.12:19 NTV). El salmista anuncia el juicio de Dios: Convierte la tierra fructífera en tierras saladas y baldías, a causa de la maldad de sus habitantes (Sal.107:34 NTV).
Volviendo a nuestro texto, Pablo le hace a Timoteo una afirmación muy significativa, acentuando que «debes saber esto». Y ¿que es lo debe saber? Que habrá en los días finales una sociedad marcada por la forma de ser y actuar de los hombres. El carácter de las personas será de una determinada manera provocando tiempos difíciles y peligrosos. No se trata de las dificultades propias de cada generación. Tampoco de la maldad común al género humano. Jesús dijo que habría en esos mismos tiempos un aumento de la maldad, y que el amor de muchos se enfriaría (Mateo 24:12). Pablo habló también del misterio de la iniquidad (2 Tesalonicenses 2:1-12).
Por tanto, hay una generación final, antes de la venida de Jesús, que manifestará un aumento del pecado y la maldad. Lo vimos en la generación de Noé; también en la de Lot y las ciudades de Sodoma y Gomorra. Creo que no hay duda que es parte de nuestro tiempo también. En las próximas meditaciones iremos relacionando el carácter de los hombres en los últimos tiempos al que hace referencia el apóstol. En la versión de la Biblia NTV (Nueva Traducción Viviente) el texto que meditamos hoy dice así: Timoteo, es bueno que sepas que, en los últimos días, habrá tiempos muy difíciles… (2 Timoteo 3:1).