TIEMPOS FINALES (15) – Aborrecedores de lo bueno
Pero debes saber esto: que en los últimos días vendrán tiempos difíciles. Porque los hombres serán… aborrecedores de lo bueno… (2 Timoteo 3:1,3).
Me llama la atención que toda la lista de calificativos que hace Pablo del carácter de los hombres en los últimos tiempos está en plural. No se trata de algunos sectores de la sociedad, sino de su conjunto. Es un carácter predominante que se establece de manera común y natural. Aborrecer lo bueno es propio de sociedades en decadencia. Pero como se pretende ser hombres civilizados y educados, hay que disimular, camuflar, esconder la realidad del corazón detrás de eufemismos, máscaras, apariencias y argumentos sutiles.
Deberíamos preguntarnos en primer lugar ¿Qué es lo bueno? No hagamos una exégesis complicada. Bueno viene del bien y todos llevamos grabado en nuestra conciencia el bien y el mal, aunque luego se pueda malear, manipular, cauterizar o perturbar por agentes extraños y externos. Sin embargo, hay un bien común, una moral buena, leyes justas, aunque siempre estén supeditadas a interpretaciones diversas. Dios es bueno y corrige al que ama. Aborrecer lo bueno sería en este caso llamar a la disciplina «malo», aborreciendo las instrucciones reveladas en la palabra de Dios.
En una sociedad que idolatra el relativismo moral no hay posibilidad de definir el bien y el mal. En esta corriente postmoderna sin verdades absolutas que definan claramente un patrón de comportamiento, la mezcla resultante solo puede conducirnos al caos y el vacío. Es decir, regresamos al comienzo del Génesis cuando la tierra estaba sin orden y vacía hasta que la voz del Creador separó la luz de las tinieblas y vio que la luz era buena. Hoy hemos cambiado la luz por tinieblas y las tinieblas por luz. La verdad por mentira, y la mentira por verdad. Lo amargo por dulce y lo dulce por amargo (Isaías 5:20). Están de moda eufemismos como «derecho a decidir» para llamar al asesinato de niños mediante el aborto; «parejas de hecho» para encubrir la fornicación; «libertad de expresión» para esconder la calumnia y campañas de manipulación de masas para dominar naciones y pueblos a través de una elite globalista al estilo de Nimrod en Babel.
La respuesta al aborrecimiento de lo bueno viene por el evangelio que nos enseña a discernir el bien del mal asimilando la verdad que nos hace libres del pecado que destruye al hombre. La palabra de Dios es viva y eficaz para discernir los pensamientos y las intenciones de nuestro corazón engañoso. Jesús es la luz del mundo que alumbra a todo hombre; el que le sigue no andará en tinieblas sino que tendrá la luz de la vida. Hoy es tu día para venir a él y ser guiado por la senda de la vida eterna.